Friday, May 18, 2012

Constancias de una profunda decepción

Para estos días, Colombia ya estará cercana a cumplir dos años de la primera vuelta presidencial en la que, infortunadamente, Juan Manuel Santos fue elegido Presidente de la República. Tendremos que aceptar que como ciudadanos cometimos muchos errores, y uno entre tantos, fue no hacer una verdadera indagación de quién era el candidato Santos Calderón.

A la fecha de hoy, ya mucha agua ha pasado por debajo el río, y es imposible negar una tendencia contraria a la de los ochos años precedentes. Un estilo gobierno dirigido a generar show mediático, demagogo, y ceñido a generar noticia que aumente popularidad, es lo que hoy nos rige, con el agravante de estar frente una ausencia absoluta de ideología política, a la cual algunos aplauden como la "Tercera Vía".

La bandera de la Seguridad Democrática se perdió; fuimos engañados con una campaña propagandística que nos hizo creer que a pesar del pasado volátil del hoy Presidente, él mantendría su compromiso con los sufragios que lo eligieron. Los votos de aquél día de Mayo de 2010, no querían a Juan Manuel Santos, pues el nunca ha tenido la capacidad de cautivar el fervor popular; aquellos votos constituyeron la constancia de que el pueblo de Colombia quería continuar con el camino de la seguridad, la cohesión social, y el incentivo a la inversión.

Hoy la violencia volvió a Colombia, con un gobierno de discurso amangualado por los designios de los terroristas, que arrodilla a un legislativo con burocracia, pues su capacidad para un debate argumentativo de altura es inexistente. El gobierno actual se ha convertido en un fin en sí mismo, y esa se ha convertido la peor arma en contra del pueblo colombiano que sueña, en algún momento, con vivir en paz. 

Juan Manuel Santos gobierna para sí; para hacerse candidato a un Nobel de Paz, y no es consciente que, de las desgracias en las que está metiendo a Colombia, será la historia quien lo condene como el Presidente que no le dio la talla a su antecesor. Juan Manuel Santos está escribiendo su historia, la cual, para nuestra tristeza y desesperanza, no serán los mejores episodios de nuestra República.


Thursday, May 06, 2010

De la religión y la política

La evolución de la interrelación de la religión mezclada con la política ha sido una de las muestras del progreso de la civilización a través de los tiempos, cuyo costo ha sido considerablemente alto y su conquista ha tomado muchos años. Muestra de ello, es que la iglesia católica romana tardó siglos en darse cuenta que inmiscuirse directamente en el proselitismo político dentro de sus templos constituía una conducta de reproche absoluto. Consciente la sociedad de la influencia que ejerce el líder espiritual sobre sus seguidores, el mayor credo religioso de occidente hizo el siguiente pacto: La democracia se jugaría por fuera de los templos, y los sacerdotes no podrían ser políticos mientras ejercieran su ministerio.

Evidentemente, son muchos los casos, aún en la historia de Colombia, donde ese pacto estuvo roto, y el concordato fue tan solo una muestra de ese incumplimiento a tan importante compromiso. Sin embargo, conductas como estas en el presente siglo parecerían impensables para algunos, pero no para el cristianismo protestante carismático latinoamericano.

Y es que es de gran relevancia esa denominación en particular, porque aun cuando el protestantismo en general no reconoce al papa romano como es sucesor de Pablo, sí se ha despertado -paradójicamente- una clase de veneración al líder espiritual de algunas congregaciónes, convirtiéndolo en un "show man", y un interlocutor entre Dios y las personas. Lo anterior, es una contradicción en la esencia del protestantismo, dado que si de algo se basa ese movimiento, es en que el único intermediario entre Dios Padre y los hombres es Jesús, quien está presente en todos quienes creen en Él.

Grave es el problema cuando ese intérprete de la Biblia y líder casi sin tacha se inmiscuye en política, aduciendo que Dios le ha hablado acerca de un partido o candidato en particular. Nada puede ser más peligroso y más dañino, porque lo que se gesta no es más sino manipulación que se traduce en la mayor de las fallas de la democracia: La maquinaria.

¿No será que en vez de estar pensando contra el ecumenismo y sus impactos negativos, deberíamos crecer y aprender de los errores de los otros? Si la religión católica romana tiene como regla la prohibición de sus sacerdotes a emitir juicios políticos en los púlpitos, y la abstención en participación directa en la política que no es de su Estado, es porque bastas experiencias negativas, para ellos mismos, deben reposar en sus historiales.

La maquinaria celestial no es saludable bajo ningún motivo, y hace que el protestantismo, y finalmente Dios quede en tela de juicio. La sabiduría es un don y hay que buscarla ante todo.

Monday, February 22, 2010

Nostalgia de la vieja política

Oímos aquí y allá de los beneficios que nos ha de traer una "nueva política" enmarcada dentro de la juventud, nuevas propuestas, nuevas horizontes de desarrollo y una mejor manera de que todos los ciudadanos se interesen en el campo de la política.

No existe mayor mentira. La nueva política, el ejercicio de esos "jóvenes" incursionando en los campos del servicio público, no tiene otro adjetivo sino el de paupérrimo. Colombia está atrasada en ideas, en innovación, y las personas jóvenes no han heredado nada más que las pésimas, vagas, y corruptas costumbres de la tradicional "clase" política.

La verdad es que la vieja política, aquella que era de usanza a mediados del siglo pasado, es a donde debemos volver. En aquella época existía el debate, había certeza de ideas, los oradores sobraban y una segura línea de pensamiento gobernaba los dos partidos tradicionales colombianos.

Hoy, tanto esos partidos tradicionales, como los nuevos no son más que la perdición en un mar de lágrimas. Estas elecciones han dejado ver qué es esa nueva política, lo cual no es más que la pérdida de la vieja política, gobernada por los intereses personales, la ambición de poder y delirio de importancia de los individuos que la llevan a cabo.

Para la muestra un botón: En las elecciones que viviremos el próximo 14 de marzo de 2010 sobrará la ignorancia, la incompetencia, la corrupción y la falta de iniciativa. La historia de Colombia tendrá que recordar este episodio como el más triste y vacío de la república. Nunca antes los temas fundamentales del país habían estado en el olvido, y la conveniencia política jamás había dejado ver lo peor de sí.

Nuestro panorama es desolador, por lo que es menester hallar los candidatos que no están en el afán de mostrar una cara innovadora donde ocultan sus horrendos apetitos, sino aquellos que saben que es bueno aprender de las cosas del pasado, para implementarlas en el presente, y así mismo evitar los errores del pasado, que de repetirlos la cuenta de cobro no será para nada benévola.

La preparación y la tradición son cruciales ante tanta pobreza intelectual, y la búsqueda de estos candidatos es la misma de buscar una aguja en un pajar.



Tuesday, November 24, 2009

¿Hasta cuando?

Hemos sido testigos, para nuestro infortunio, del más bajo y penoso episodio político de la historia de la República. Hoy ya recordamos como remoto, pero glorioso, el momento en que Mario Iguarán cumplió su periodo constitucional al mando de la Fiscalía General de la Nación. Y también viene a la memoria, ya como un hecho distante, el que tomó lugar cuando el Presidente envió la terna a Fiscal General de la Nación.

Por todos los medios posibles los magistrados de la Corte Suprema de Justicia han hecho saber a la opinión pública de su delictual jactancia de no haber votado la terna enviada por el Jefe de Estado, dando así un mensaje inequívoco de su férrea oposición al gobierno. Y es que no se nos debe olvidar que, en especial la Sala Penal, ha manifestado su desacuerdo con el Gobierno, a tal punto que decidió mandar a la cárcel a cualquier congresista del cual se rumorara que hubiere tenido pactos con grupos paramilitares, y que por supuesto fuere uribista.

Delictual jactancia se explica y manifiesta por medio del semblante del Presidente de esa Corporación, quien siempre aparece jolgorioso y feliz de contradecir y entorpecer este procedimiento. Esta reprochable conducta la han justificado por medio de la palabra "inviable", que no es más que una de las más grandes leguleyadas jamás antes oídas, y del más bajo precio, para intentar hacer malabares con un tipo penal, del cual en sus conciencias saben que están cometiendo.

Pero no hay nada que hacer; la Constitución de 1991 blindó contra cualquier cosa a los Magistrados de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, y por ende a toda la Corporación, por lo que intentar perseguir a estas personas no será más que un suicidio.

Del derecho de los jueces, llegamos al "abuso de los jueces", donde efectivamente ellos son quienes nos gobiernan, y son ellos quienes ponen condiciones. Y es que para no ir más lejos, cítese una entrevista que algunos de los miembros de esta corte hicieron al diario El Tiempo, en donde aseguran que "no existe la más mínima posibilidad de que estén quebrantando la constitución"

Lo que ellos no saben, es que además de quebrantar la Carta Fundamental, están quebrantando su imparcialidad y credibilidad ante la opinión pública, la cual no es más sino la voz del pueblo, y de allí que tengamos el mayor problema de índole Estatal. La justicia está perdiendo su legitimidad, y su sustento de existencia lo están acabando ellos mismos por causa de su imprudencia, y su profundo sentido de lo político, que a cualquiera se le puede permitir que lo manifieste... menos a ellos.

¿Hasta cuando esta fractura?

Sunday, August 30, 2009

Colombia necesita ex presidente

Recordar es el mejor de los ejercicios que una persona y una sociedad puede hacer; el recuerdo es la estampa permanente de lo que se debe y no se debe repetir en una historia personal y colectiva. Se recuerdan hechos, se recuerdan personas, se recuerdan sentimientos, pero también se recuerdan sabias palabras.


Dentro de las últimas está la de que el tiempo no se recupera.


Colombia es un país ejemplo superando problemas; sin embargo, sigue siendo un país lleno hasta la saciedad de situaciones que exigen toda nuestra atención, empeño y voluntad para poderlos sobrellevar, pero sobretodo superar. Nuestra economía no se encuentra en su mejor situación explicada en cifras de desempleo que no paran de crecer, el comercio se encuentra en serias dificultades debido a nuestros vecinos iracundos que han personalizado las relaciones de países al mejor estilo de los más ineficaces soberanos del Medioevo, y el narcotráfico encuentra nuevas formas de moverse con la complicidad y venia de muchos quienes se escudan en las libertades del individuo.


Lo anterior, son lo temas que hemos omitido debatir con entereza, y en contra de toda lógica nos Hemos desgastado nuestros esfuerzos, dinero, posibilidades, pero ante todo el tiempo, en una discusión vana, influenciada en los más bajos y mezquinos intereses de la vieja clase política, que han encontrado en la figura de la reelección una supervivencia. Y es que el apellido Uribe en la política colombiana es sinónimo de prestigio, pulcritud, responsabilidad, entrega y brillantez. Sin embargo, son muchos los mediocres, corruptos, y miserables, los que se han refugiado bajo la bandera del uribismo y que quieren que el presidente siga, para encontrar la vista favorable de quien de lejos ha sido el mejor gobernante que hemos tenido.


El presidente debe irse en el 2010, por el bien de él mismo y del país. Álvaro Uribe es más que una persona; es una esperanza que ha irradiado la sociedad colombiana, que no dejará que cualquiera llegue a reemplazarlo. Colombia tiene un presiente como ninguno otro, pero el 7 de agosto de 2010 Colombia necesita un ex presidente, también como no lo ha existido. Necesitamos un ex presidente que se dedique a diseñar y dirigir un verdadero partido como ninguno al sol de hoy. Necesitamos un ex presidente con autoridad moral de opinión, que cuando habla todo el Estado se cuestiona ante un sonido de sabiduría. Un ex presidente enfocado a formar nuevos líderes, que aseguren la prevalencia y superación de esta República, y eso es la verdadera labor de un ex presidente.


Esa es la voluntad que debemos expresar en las urnas ante un eventual referendo. Colombia necesita líderes que sepan que necesita nuestro país, y saber nuestras verdaderas necesidades es una virtud muy exótica.

Thursday, April 02, 2009

Del esplendor de la politiquería

Colombia por años se ha destacado por tener un manejo politiquero sencillamente espantoso. Hoy día encuadramos literalmente en lo que el adagio popular pretende comunicar: "hierba mala nunca muere". En este país los mercaderes de la política, aquellos que creen que el ejercicio de ese noble y bello oficio, es la fuente de llenar sus faltantes emocionales, y sobre todo hacerse espectacularmente ricos, han sobrevivido décadas manteniendo cierto grado de influencia en la política nacional, regional y local.


Después del fenómeno Uribe, hay personajes de la vida nacional (se deberían denominar personajes de la muerte nacional) que están buscando la Presidencia de la República haciendo uso de esa vieja estrategia de empezar a repartir burocracia, entre otras cosas, sin siquiera tener posibilidades de llegar a esta altísima dignidad, dado que su capacidad mental, y sus convicciones no alcanzarían jamás para poder serlo.


Este tipo de personas, que han militado con quien convenga en el momento, no les importa el concepto de partido político, ni mucho menos la sostenibilidad de una tesis sólida de gobierno. A decir verdad, nadie sabe que es lo que realmente piensa, porque negocia acuerdos y alianzas con vertientes políticas, que entre ellas son irreconciliablemente contradictorias.


¡Que tristeza! esta supuesta "vida nacional"; este tipo de personajes jamás deberían hacer noticia, pero lastimosamente la hacen, por el hecho de ser nietos de grandes genios de antaño. Sólo les queda en la conciencia de este tipo de mercenarios, la certeza de haber hecho un trapo de inmundicia la memoria de aquellos estadistas de mediados del siglo pasado.


Solo resta decir que el pueblo emitirá la sentencia final contra estos politiqueros, que se limitan a ver cual es el camino más corto a satisfacer la sed vacía y profunda de poder, dejando atrás el verdadero sentido de la palabra política.

Wednesday, December 10, 2008

No más reelección

Sorprende por estos días el tan candente debate que se lleva a cabo por todos los rincones de la patria sobre una posible reelección presidencial. Y es que hoy día nadie puede negar que el Presidente Álvaro Uribe Vélez es de lejos el mejor mandatario que ha tenido este país en toda su história, superando con creces a aquellos que en el pasado, aportaron magnificas obras a este país de Dios, que no es nada sencillo de gobernar.

Siento todo esto así, cualquiera se pregunta si en la actualidad es pertinente y saludable para la democracia colombiana una nueva reelección presidencial. Las respuestas son muchas; sin embargo, debe ser claro para la ciudadanía colombiana que no estamos solos, y por lo tanto es necesario entender nuestras fronteras, que por estos días resultan extremadamente dispendiosas de sobrellevar.

Nuestro país hermano en el occidente, cuna del Libertador, cuenta con el peor de los demagogos de la historia latinoamericana, ya que ni Fidel Castro ni el "Che" Guevara le darían hoy por los tobillos a tanto exceso de politiquería de la más ordinaria y barata. Este personaje, cuyo nombre produce de las más grandes repugnacias jamás habidas, ha sido el más grande derrochador de dinero, que por supuesto nunca ha sido suyo, sino de todos esos venezolanos que han sido víctimas de su demencia infinita.

Pero ¿qué tiene que ver Hugo Chávez Frías con la reelección del presidente Uribe?

La respuesta es más que obvia. Colombia además de ser inspirador en la región de pujanza, amor a la patria, trabajo dedicado, inteligencia, y superación, entre otras cosas, así mismo debe ser ejemplo de buena democracia en este hemisferio. Modificar la Constitución para que el presidente siga en el poder, no es más que un mensaje a la comunidad internacional de que aca no existe nadie más que pueda gobernar. Y es que, de cierta forma hemos caido en esa falacia terriblemente peligrosa, la cual por ningún motivo podemos aceptar, porque en este país lo que sobra es brillantez, sagacidad, y muchas ganas de progreso.

Es claro que ya es hora de empezar a postular a los candidatos que son los apropiados para suceder a Uribe. Siempre teniendo en cuenta que los más populares hoy día, tal vez no sean los más apropiados, y por lo tanto debemos estar abiertos a oir y ver caras nuevas, que seguramente serán aún mejores que nuestro actual presidente.

Bogota, 10 de diciembre de 2008.